El jueves 9 de noviembre, estudiantes y profesores de la cátedra “Vivienda de Interés Social”, de la carrera de Arquitectura de la Facultad de Ingeniería de la UNCUYO, se reunieron con las familias del barrio en el Anfiteatro Este. En esta ocasión, los estudiantes presentaron los proyectos elaborados de acuerdo a las necesidades habitacionales detectadas junto a los vecinos; además, les entregaron una carpeta con los proyectos, para su futura aplicación.
Durante la presentación de los trabajos realizados, estuvo presente el equipo de la cátedra, compuesto por los profesores arquitectos Jorge Mitchell, profesor Titular; Virginia Miranda, Jefa de trabajos Prácticos, y Luciana Chervosky, profesora adscripta. También participó la Directora de Extensión de la Facultad, Silvia Maturano y la Directora de carrera de Arquitectura, Mónica Elmelaj, quien dio la bienvenida a los presentes y manifestó su alegría por el trabajo realizado.
La materia, dictada en el cuarto año de la carrera de Arquitectura y de cursado obligatorio, tiene el objetivo de trabajar con problemáticas arquitectónicas reales; para lo cual los estudiantes eligieron determinadas manzanas del barrio, en las cuales se relevaron terrenos y viviendas de alrededor de 30 familias. Al respecto, el titular de la asignatura, Jorge Mitchell, comentó: “Asumimos la problemática de la vivienda como un tema complejo, donde queremos incorporar cuestiones como las ambientales, y también el conocimiento de otras disciplinas que colaboran en la concesión de un hábitat social que dé respuesta de manera satisfactoria a las necesidades de cada una de las familias.”
En este sentido, el trabajo tuvo en cuenta dos etapas para su desarrollo. La primera fue hablar con los vecinos, conocer el barrio, caminarlo, tomar las medidas y niveles de las manzanas y realizar, con los alumnos, una puesta en común para sacar conclusiones. En la segunda etapa se observó terreno por terreno y, a partir de las visitas a sus dueños, se comenzaron a plantear respuestas habitacionales basadas en cada realidad familiar.
Como resultado, los jóvenes desarrollaron dos tipos de proyectos: Uno destinado a aquellas viviendas que tienen una construcción con una respuesta estructural adecuada, sobre la cual se trabajó en el desarrollo de las ampliaciones necesarias para las necesidades de cada familia. Y en el otro caso, se realizó el diseño de una vivienda nueva, debido a que las construcciones no eran perdurables.
Sobre lo trabajado, los profesores comentaron que esta dinámica sirvió a los estudiantes para personalizar cada proyecto y humanizar las respuestas arquitectónicas dadas, adecuándolo a las necesidades particulares de cada familia. Estas propuestas fueron entregadas a los beneficiarios, con el fin de que, en un futuro, estas mejoras puedan ser llevadas a la práctica.
Acerca de la experiencia, Luciana Chervosky afirmó: “Tanto para nosotros, como arquitectos, como para los chicos que están estudiando y están en la recta final de la carrera, es un gran desafío atravesar el trabajo práctico que se hace en esta cátedra. Para los estudiantes estener un cliente real por primera vez, implica mucho desafío y creo que es un gran proceso, un gran aprendizaje”.