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Presas Seguras: Una necesidad nacional urgente

El Prof. Mgter. Ing. Arnaldo Barchiesi, nos cuenta la importancia de la preservación y mantenimiento de las presas existentes y futuras. Además, destaca la necesidad de renovar y fortalecer al Organismo Regulador de Seguridad de Presas (ORSEP); como manera de preservar la vida, el patrimonio y la prosperidad del país.

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Los Reyunos - San Rafael

El pasado 8 de septiembre, el Comité Argentino de Presas realizó en Buenos Aires una mesa de diálogo sobre la realidad de las presas en Argentina.

En ese marco, consultamos sobre esta problemática al Prof. Mgter. Ing. Arnaldo M. Barchiesi, uno de los referentes de la Facultad de Ingeniería de la Uncuyo en esta temática, y representante de Argentina en el Comité Técnico B de aspectos sísmicos del diseño de presas de la Comisión internacional sobre las grandes represas (CIGB – ICOLD). El ingeniero e investigador nos presentó las ideas que siguen:

Crisis y oportunidad

La vida, la seguridad y los bienes materiales, culturales y espirituales de los argentinos se verán amenazados si no mantenemos y mejoramos la seguridad de las presas existentes. En el caso de los proyectos binacionales podrían verse afectados países vecinos.

Es necesario construir nuevas presas seguras para proteger mejor a distintas comunidades en riesgo.

Por todo esto es necesario contar con un Organismo encargado de gestionar la seguridad de las presas existentes y las que se construyan en el futuro.

¿Para qué sirven las presas?

Las presas crean embalses que se usan para almacenar agua para consumo humano e industrial, para riego y para generar energía eléctrica. Algunas presas permiten derivar agua para los mismos fines sin almacenarla en cantidades significativas.

Los embalses actúan también como grandes acumuladores de energía potencial que puede entregarse a las redes eléctricas cuándo resulte necesario. Funcionan como baterías inmensas y recargables, inigualables en sus funciones.

Las presas permiten regular y contener crecidas y aluviones, evitando inundaciones catastróficas.

Las presas combinadas con esclusas, pueden permitir o mejorar la navegabilidad de los ríos.

Las presas y los embalses permiten el desarrollo turístico y la creación de microclimas, generalmente con Impacto Ambiental positivo.

La minería está empezando a construir presas de relaves y otras obras que forman parte de los procesos de producción y que guardan similitudes con las presas tradicionales para agua.

Las lagunas de tratamiento de efluentes cloacales, los reservorios de agua para riego, generación eléctrica, turismo y otros fines, son obras que pueden acumular grandes volúmenes de agua.

Otros beneficios asociados a las presas

La generación hidroeléctrica está dotada de la “inercia” que podría haber evitado el apagón masivo de España, Portugal y sur de Francia, ocurrido a fines de abril de este año, desencadenado por la fuerte participación de fuentes de generación solar y eólica.

El diseño, construcción, operación y desactivación de presas, embalses y centrales hidroeléctricas, son actividades que traen asociados beneficios económicos y sociales, tangibles y no tangibles. A su vez, el desarrollo de conocimientos y tecnologías específicos da un valor inmenso que multiplica las posibilidades de desarrollo de las regiones de influencia; y posibilita el crecimiento profesional, académico y científico para las comunidades capaces de generarlos. 

Se trata de equipos de trabajo con conocimientos mundialmente demandados, que la Argentina logró aquilatar tras muchas décadas de esfuerzo e inversión y que debe preservar y acrecentar.

 

imagen Dique Potrerillos

Dique Potrerillos

¿Por qué es importante la seguridad de Presas?

Como toda obra humana, las presas involucran riesgos que deben entenderse, conocerse, gestionarse y minimizarse. 

La caracterización, estudio y gestión de los riesgos es un conjunto de actividades que comienzan desde la concepción y se realizan hasta la desactivación final de una presa. Múltiples profesiones y organizaciones convergen para que esto se realice con la mayor eficiencia.

Una de las condiciones determinantes para que el riesgo asociado a las presas se gestione correctamente, es la existencia de un Organismo nacional encargado de asumir esta actividad solvente y responsablemente. 

Hacia un renovado Organismo Argentino de Seguridad de Presas  

Es esencial contar con un organismo nacional encargado de la seguridad de las presas en toda la extensión del territorio.

Creemos que el ORSEP ha cumplido muy bien su misión con las limitaciones propias de su creación y de los tiempos difíciles que atravesó su existencia. 

Ha llegado el momento de recrear al ORSEP para renovarlo y potenciarlo dotándolo de las características que siguen:

FEDERAL: Es necesario contar con un organismo federal que alcance a todo el territorio nacional. De esta manera se busca: 

  • Evitar la multiplicación de equipos técnicos y administrativos, teniendo en cuenta la escasez de recursos humanos en esta disciplina.
  • Optimizar el uso de recursos específicos como software, informática, instrumentos, vehículos, bibliografía, experiencia y casuística, etc.
  • Unificar criterios en todo el país.
  • Evitar conflictos en cuencas interprovinciales
  • Potenciar la proyección tecnológica de la Argentina en esta materia.

REGIONAL: Contar con delegaciones en regiones amplias con suficiente homogeneidad geográfica. La sede central debería estar preferentemente en una ciudad cercana a un buen número de presas y no necesariamente en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

COLABORATIVO ASOCIATIVO: Debería estar abierto y contar con recursos y capacidad operativa para interactuar y asociarse con gobiernos provinciales, universidades, instituciones científicas, consultoras, especialistas y expertos para dar solución a los distintos problemas que deba enfrentar.

AUTÓNOMO: Debería financiarse muy preponderantemente con fondos proporcionales a las actividades económicas beneficiadas por la existencia y operación de las presas, como son la generación hidroeléctrica, la minería, la irrigación, etc. Una parte de la financiación debería provenir de fondos federales, debido a que múltiples beneficios económicos y sociales no son directamente cuantificables, como por ejemplo la prevención de catástrofes.

VINCULANTE: Resulta necesario que, al menos, sus decisiones relacionadas con la seguridad de presas, resulten vinculantes y de aplicación obligatoria.

TRANSPARENTE: Debería contar con procedimientos de compliance, que den transparencia y trazabilidad a todas sus actividades, en especial las compras, contrataciones y convenios, generando parámetros medibles, confiables y de público conocimiento.

¿Cuál es el riesgo?

La ausencia de presas, o su mal funcionamiento producto del descontrol o el descuido, nos exponen a serios riesgos, personales, colectivos y sociales. Como muestra, a continuación, se mencionan algunos casos bastante conocidos que ilustran los posibles alcances de la situación:

  • Inundación de Carmen de Patagones/Viedma en 1899, podría repetirse. Nótese que la década de 1980 se aprobó por ley el traslado de la Capital Federal a Carmen de Patagones y este riesgo no fue considerado. La construcción de Chihuido I, sobre el Río Neuquén controlaría este riesgo.

  • Inundación de Santa Fe en abril de 2003. La ciudad estaba protegida por terraplenes de defensa, cuya construcción no se había completado en el momento de la catástrofe. Estos terraplenes son presas de baja altura y gran longitud. Tras intensas precipitaciones, el agua inundó la ciudad debido a la deficiencia de las defensas. 

  • Inundación de Bahía Blanca en 2025. Esta catástrofe podría haberse mitigado fuertemente si hubiera estado construida la presa sobre el arroyo Napostá. A partir de las inundaciones de 1944, los expertos empezaron a insistir en la necesidad de construir un embalse en la cuenca superior del arroyo Napostá

  • Aluvión de Mendoza de 04 de enero de 1970, originado por el colapso de la Presa de Control Aluvional Frías, seguido por el de diciembre de 1971 debido a la ausencia de la presa colapsada el año anterior. Posteriormente se reconstruyó la Presa y nunca más hubo problemas semejantes.

  • Rotura del lago Cari Lauquen, Mendoza y destrucción del poblado de Barrancas en diciembre de 1914. Debido a fuertes deshielos, se produjo un rápido aporte de aguas al la-go, llevando al colapso a una de sus paredes naturales. Esta pared actuaba como una pre-sa natural. La rotura de esta presa, generó una onda de crecida que se desplazó por los ríos Barrancas y Colorado, causando decenas de muertes en Mendoza, Neuquén, Río Negro y La Pampa. El poblado de Barrancas se trasladó a su emplazamiento actual en Neuquén.

  • Rotura del glaciar El Plomo, Mendoza, enero de 1934. El glaciar El Plomo genera un obstáculo sobre el río del mismo nombre creando un lago. El glaciar actúa como una presa natural. Las elevadas temperaturas de la época, fusionaron esta presa causando una onda de crecida sobre el río Mendoza que recibe al río El Plomo. La crecida extraordinaria provocó la destrucción de la Central Hidroeléctrica Fader, inaugurada en 1926, en la localidad de Cacheuta, el hotel Termas de Cacheuta y de importantes obras de riego.

  • Inundación de la presa Los Caracoles en construcción, en 2005. A raíz de un deslizamiento natural sobre el río Santa Cruz (Calingasta, San Juan) se formó la laguna natural Santa Cruz o Los Erizos, que rompió por sobrepaso debido a la creciente causada por el deshielo. La onda de creciente causó grandes daños a su paso y afectó a las localidades de Calingasta y Barreal llegando a la Presa Los Caracoles en construcción. Fue necesario evacuar y rescatar a numerosas personas. En Los Caracoles sobrepasó y destruyó a la ataguía de protección de la presa en construcción sin sobrepasar a esta última. Causó daños en la obra y paralizó la central de Ullúm ubicada aguas abajo. 

  • Aluvión del 11 de enero de 2025 sobre la cuenca media del Río Atuel. Las centrales hidroeléctricas Nihuil 2 y Nihuil 3 sufrieron daños muy severos. Los daños del aluvión fueron controlados por la Presa Valle Grande. Si no hubiera estado la Presa, los daños económicos y sociales resultantes son inimaginables.

  • La presa Baja San Fernando, California, era una obra clave para la provisión de agua potable de Los Ángeles. El terremoto de San Fernando del 9 de febrero de 1971, causó fuertes daños en el talud de aguas arriba de la presa incluyendo un marcado descenso del coronamiento. Sin embargo, no hubo sobrepaso debido a que el nivel de agua estaba bajo (unos 0,5 m bajo el coronamiento). El sobrepaso hubiera sido catastrófico para las poblaciones situadas aguas abajo. Fue necesario evacuar unas 80.000 personas.

  • Huracán Katrina, New Orleans, agosto de 2005. El huracán Katrina afectó la costa del gol-fo de México (hoy golfo de América) entre Florida y Texas, provocando la catastrófica y prolongada inundación de la ciudad de New Orleans, causando unos 1400 decesos y más de 125.000 millones de dólares de la época en pérdidas. La causa de la inundación fue el colapso de las presas de protección (“levees”). 

  • Desastre de Vayont, Italia, 9 de octubre de 1963. Un sector de las laderas rocosas del embalse generado por esta presa de hormigón, deslizaron sobre el lago. Esto originó un “mega tsunami lacustre” de unos 250 m de altura que sobrepasó la presa sin romperla, pero vaciando prácticamente el embalse. La onda de crecida destruyó las villas alpinas de Pirago, Rivalta, Villanova y Faè. Otras localidades también resultaron afectadas con un total de unos 2000 fallecidos.

Conclusión

Debemos, y podemos, renovar y fortalecer al ORSEP como un organismo federal dotado de recursos y autoridad suficientes para gestionar el riesgo asociado a las presas; como manera de preservar la vida, el patrimonio, la prosperidad y la reputación de los argentinos. 

Tenemos todo para hacerlo y no hay razones para dejar de hacerlo. Confiamos en el buen tino de las autoridades responsables de concretar este gran logro de todos.

 

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