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Investigadores de la Facultad proponen el desarrollo del enoturismo urbano en Mendoza

El proyecto de investigación consiste en desarrollar una marca que promueva la actividad turística vitivinícola en el contexto urbano. Además, se busca una forma relajada de aprovechar el patrimonio de la provincia, orientada por la filosofía de turismo “slow”.

imagen Investigadores de la Facultad proponen el desarrollo del enoturismo urbano en Mendoza

Imagen ilustrativa - Fuente: Inmendoza.com

La actividad productiva de mayor relevancia de la provincia de Mendoza es la vitivinícola y, en este sentido, ha dado lugar al desarrollo del turismo del vino (enoturismo), como rasgo distintivo que año a año convoca un importante número de visitantes nacionales e internacionales.

El enoturismo está enfocado en dar a conocer las zonas de producción vinícola y lo relacionado al mundo del vino y las bodegas de la provincia desde adentro, “in situ”. Su desarrollo se ha visto influenciado por las transformaciones propias de la industria, teniendo en cuenta que en los últimos 30 años la actividad vitivinícola sufrió una importante transformación, desde la forma y la cantidad de producción hasta su oferta y demanda.

Antes, la producción era a gran escala en bodegas que formaban parte de la ciudad y, con el paso del tiempo, estas se fueron alejando a lugares rurales; provocando una desconexión de la producción vitívinicola con la actividad urbana y, por ende, del turismo relativo a esta.

Es por ello que surge el proyecto de investigación denominado “Mendoza Terra–Vitis: Regional slow tourism”, dirigido por el investigador y docente de la Facultad de Ingeniería, arquitecto José María Silvestro; que forma parte de los cinco proyectos de investigación Tipo 4 de esta casa elegidos en 2019 para ser financiados por la Secretaría de Investigación, Internacionales y Posgrado de la UNCuyo.

Este tiene el objetivo de impulsar el desarrollo del enoturismo urbano, mediante la generación de una marca característica que represente un clúster vitivinícola potenciado por el paisaje cultural y el patrimonio arquitectónico de la ciudad.

La investigación se basa, además, en la filosofía de consumo “slow”, que promueve una forma de vivenciar las experiencias de manera relajada y de calidad, más que de cantidad. Así como también busca valorar los bienes locales y promover la armonía con el medio ambiente y la naturaleza.

Detalles del proyecto

 “La idea surge cuando volví al país después de 15 años, y me llamó la atención cómo había cambiado la provincia. Ahí tuve el primer impacto de este alejamiento de la actividad vitivinícola respecto a la ciudad, ya que necesitamos trasladarnos para visitar las bodegas. Noté que se había perdido el patrimonio de la ciudad, que es como se conoce a Mendoza”, explicó el Arq. José María Silvestro, Director de la investigación.

En este sentido, esta nueva forma de realizar tales actividades haría posible la vinculación de los focos productivos vitivinícolas, que actualmente se encuentran segregados, con el contexto urbano inmediato. Para lo cual debería desarrollarse la infraestructura adecuada para ofrecer una vivencia enoturística en torno al espacio público de la ciudad.

Uno de los interrogantes principales del proyecto es: “¿Qué es el vino?”. Al respecto, el arquitecto refirió: “El vino es todo lo que lo rodea y, por lo tanto, para que realmente se siga reposicionando, es importante contemplarlo con su entorno ¿y qué mejor que la ciudad para eso?”.

Actualmente, el proyecto se encuentra en su primera etapa de investigación, que implica conocer y dar un diagnóstico de la situación actual. Teniendo en cuenta la importancia de realizar este estudio de campo inicial, dado que no existe bibliografía sobre la temática de la producción vitivinícola local.

“Trabajamos con el aval de Bodegas de Argentina y Movart, que son los dos partners del proyecto, de ellos obtenemos datos muy fehacientes. También queremos que la Secretaría de Turismo se sume, aportando infraestructura y difusión, para que no sea elitista”, agregó la Ing. Miriam López, Codirectora de la investigación.

 “Necesitamos una marca actualizada que represente internacionalmente a Mendoza, que la refuerce y reposicione, porque ya se encuentra incorporada como «Tierra del sol y del buen vino», sólo que está relacionada a la producción vitivinícola masiva de los años 70. Ahora la actividad ha cambiado notablemente, es de producción personalizada, boutique”, concluyó López.

Cabe destacar que su puesta en marcha busca, asimismo, minimizar los impactos ambientales y fomentar un turismo más saludable, al reemplazar el uso de vehículo por el traslado hasta los lugares a pie o en bicicleta. Así como también promover la generación de beneficios económicos y sociales para la población local, a través de la estimulación de una nueva oferta turística en la zona urbana.

 

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