El Grupo dirigido actualmente por el Ing. José Galvez, se dedica al estudio, investigación y transferencia de Biotecnologías del Petróleo, caracterización ambiental de sitios afectados por la actividad petrolera, tecnologías para el tratamiento de suelos y acuíferos contaminados y control de riesgos ambientales asociados a la actividad.
“Se comenzó en 1993, con estudios a pequeña escala para biorremediación de suelos afectados con petróleo, demostrando la factibilidad de la técnica en zonas de desierto. Desde 1997 realizamos tratamientos de suelos contaminados con métodos biológicos a gran escala; es decir, la utilización de microrganismos que degradan el hidrocarburo y lo transforman en dióxido de carbono, agua y humus. En los procesos usamos microorganismos naturales del suelo, autóctonos, que están adaptados al petróleo, al suelo, a la temperatura, a la humedad, a todas las variables propias de una zona determinada”, explicó José Galvez.
En ese marco, a través de distintos estudios, desde el Grupo de Bioprocesos observaron que los procesos de saneamiento del suelo que se realizaban en la industria habían dejado de funcionar, porque se aplicaba la misma metodología (casi como una receta) en cualquier terreno. Se utilizaban procesos que servían para una zona como la Pampa húmeda, pero que no funcionaban en la Patagonia o en Cuyo.
De esta forma surgió la idea del proyecto “diseño de protocolos de tratabilidad de suelos contaminados”, en paralelo a otro trabajo que el grupo está llevando a cabo a través de los Fondos de Innovación Tecnológica Regionales (FITR), denominado Sistema Móvil de Tratamiento de Suelo Contaminado.
El ingeniero Gálvez, quien además es Especialista en Biotecnología Ambiental, explicó que “en el caso del suelo contaminado, si se aplica una metodología única no hay cómo tener en cuenta la influencia de la variabilidad del suelo, ni del hidrocarburo. Por ello, el proyecto propuso desarrollar estudios de tratabilidad para un área determinada, con el fin de aplicar el proceso más eficiente en la misma”.
“Lo que hacemos es caracterizar el suelo y el contaminante -el hidrocarburo en cuestión- y, una vez realizado ese estudio, en nuestro laboratorio de la Facultad probamos distintas técnicas: biorremediación, desorción térmica, lavado de suelo, oxidación química y segregación, para ver cuál de ellas aplica mejor a ese suelo contaminado determinado”, agregó Galvez.
En cuanto al trabajo ya realizado, el Grupo ha desarrollado procesos de biorremediación en zonas desérticas de la Patagonia y Mendoza, donde junto a otra metodología aplicada para evitar la pérdida de temperatura del suelo durante el invierno, ya se ha conseguido sanear alrededor de 1 millón de metros cúbicos de suelo.
Mientras que la técnica ha sido también utilizada en sitios húmedos, como Bolivia; más específicamente en la zona de transición entre El Chaco Boreal y la Selva Amazónica.