El último adiós a un amigo
Sr. Profesor Ing. Alfredo Grillo, Maestro y amigo
La comunidad educativa de la UNCuyo, la Facultad de Ingeniería y la Cátedra de Industrias y Servicios I y II, están aquí presentes para acompañarlo hasta su última morada de la mano de su querida familia y amigos.
Nunca podremos olvidarlo como un pilar de la Carrera de Ingeniería Industrial de la cual usted egresó de sus primeras cohortes; dedicándole con ahínco sus mejores cualidades de docente universitario, con seriedad, compromiso y humildad.
Más que dedicado a enseñar siempre estuvo ávido de nutrirse en conocimientos, que le otorgaron su destacada y amplia cultura, dispuesto con honradez a volcarla a sus estudiantes, más allá de las especificidades de las temáticas de la ingeniería.
Siempre dispuesto a sostener la excelencia educativa y formativa, sostuvo con fuerza sus sólidos pensamientos, conocimientos y experiencia para mejorar la enseñanza de la Ingeniería Industrial, fundamentalmente orientada hacia el sector PyME, para el cual colaboró desde entes oficiales y privados, para su desarrollo sustentable en su querida Provincia de Mendoza.
Fue un hombre para el que las inquietudes culturales y artísticas fundamentales ya mencionadas, las veía y con razón, vitales en la formación integral humana, que siempre lo distinguieron entre sus colegas. Desde su trabajo como Director de Extensión, introdujo a la Facultad de Ingeniería en esos campos, junto a la Facultad de Artes demostrando la necesidad de integrar conocimientos basales y formativos de este tipo, en las personas afines a las ciencias duras, para un desarrollo completo y profundo.
Con el mismo entusiasmo desde su cargo de Profesor Titular de Práctica Profesional Supervisada, amplió los campos de acción de estas prácticas, generadas desde un constante contacto con el escenario industrial y de servicios, a una acción social de importancia en el ámbito de los municipios de Mendoza, con la aplicación de la Ingeniería Industrial a proyectos que tenían ese carácter. De más está decir cómo amaba especialmente al departamento de Lavalle.
Desde el punto de vista del ser humano será siempre recordado por su estilo cansino, afable y respetuoso, no obstante contar asimismo con un fino sentido del humor a la hora del desarrollo de sus aptitudes con actitud comprometida, para verter sus conocimientos y experiencias, en pos de la búsqueda de lograr cada vez mejores graduados de Ingeniería Industrial, haciéndolo con éxito. Nunca perdió además, su visión integradora para todas las carreras de la Facultad de Ingeniería.
Asimismo en el ámbito de la Cátedra de Industrias y Servicios I y II, formó junto a quienes por otra parte somos sus amigos de tantos años, parte de un equipo al que contribuyó en todo momento, para la mejora continua de este espacio curricular y de su integración vertical y horizontal con otros, del currículo de la carrera, colaborando asimismo en la formación de formadores.
En fin, podríamos decir mucho más sobre sus contribuciones a la Facultad de Ingeniería de la UNCuyo, pero quienes sentimos profundamente el dolor de su temprana partida, desde una sincera amistad y conocimiento de su persona, debemos agregar más familiarmente:
Querido Alfredo: hoy te despedimos definiéndote como una excelente persona, siempre preocupado por tu amada familia, pendiente de todas tus hijas y de su futuro a medida que crecían en la vida, reconociendo en todo momento frente a nosotros, el valor de su pilar fundamental que es tu esposa Mausi.
Para ellas siempre trasuntabas no solo compromiso de padre y esposo, sino respeto y un gran amor. Con esa actitud y concepción también transmitías los valores basales de la familia a nuestros estudiantes.
Así fue que ellas en ningún momento dejaron su gallardo puesto de lucha, acompañándote con valentía y amor en tu intento de superar la adversidad de estos últimos tiempos, que finalmente logró vencerte. No obstante consciente de la gravedad de tu situación, como hombre de sólidos principios morales, sobrellevaste el martirio de una lenta involución, acompañado de tu diaria comunión, que te brindó espiritualmente la paz y la resignación, para ir al encuentro del Señor, que seguramente te aguarda con el lugar que le corresponde a los hombres buenos y a los que como vos, fueron capaces de cantar a la vida.
En tu caso lo hacías cada vez que tenías la oportunidad de algún encuentro social acompañado de tu guitarra para entonar zambas, cuecas, tonadas y hasta algún tango también, formándote en estas lides con el mágico coro de la Universidad Nacional de Cuyo, del que formaste parte y que hoy también te despiden con amor. Mientras tanto te recibe otro coro; el de los ángeles y arcángeles que te esperan en la luz del cielo para tu encuentro con Dios.
Dolor, es el que nos dejas a todos querido Alfredo, pero a nosotros tus compañeros de asados y trasnochadas, engalanadas por tu voz maravillosa y tu guitarra, nos dejas ese espacio vacío que nadie habrá de ocupar. No obstante, siempre que se repita, porque la vida continúa, tendrás la silla para vos y la copa del buen vino en tu lugar, que chocaremos en tu honor.
Así es amigos, este es un momento triste para todos nosotros, pero no desesperemos por su pérdida. Él ya está en un lugar de paz con alegría junto a María y el Todopoderoso.
Ellos nos darán también la resignación por su partida, las fuerzas para continuar, y la esperanza de volvernos a encontrar. Mientras tanto para quienes te queremos, vivirás Alfredo en nuestros corazones hasta el final de nuestras vidas.
Tu voz se ha callado, las cuerdas de tu guitarra ya no suenan, porque vibraron llamando a silencio.
Tu tierra mendocina te recibe porque eres su hijo, y tu alma nos seguirá guiando desde el cielo.
Que así sea. Amén
Prof. Ing. Ricardo Ungaro Titular industrias y Servicios I y II Carrera de Ingeniería Industrial Consejero Superior