La vitivinicultura y sus cambios tecnoproductivos

El arquitecto se refirió a cómo se planteó la industria del vino a lo largo de la historia reciente: “Antiguamente la producción vitivinícola se hacía en un espacio que quedaba distante de la bodega. Eso hizo que el paisaje de Mendoza se construyera de esa manera, los carriles como el carril Sarmiento y el Godoy Cruz se construyeron para que cuando trajeran la uva no se fermentara antes de tiempo y no alcanzara un grado alcohólico superior. A esos carriles se los dotó de toda una arboleda, lo que conllevó la provisión de agua y así la uva llegaba en condiciones óptimas para ser producida en la bodega.

Hacia finales de la década del 80 se dio un cambio en el modo de la producción, un cambio tecno productivo que permitió a la bodega compartir el espacio con los viñedos. Esta migración produjo una ruptura con esa tradición vitivinícola ligada a la ciudad”.

El diagnóstico que vislumbró el equipo de trabajo fue el siguiente: “En la actualidad, para visitar la bodega es preciso trasladarse al viñedo. Nosotros observamos después de muchos análisis que eso había favorecido al enoturismo, pero esa medida dejaba de lado todo el elemento patrimonial que posee la ciudad. Ahora hay un turista, el enoturista que prácticamente no pasa por la ciudad. Baja del avión, se va a la bodega, degusta el vino y regresa al aeropuerto”.

A partir de esta situación observable, el equipo de investigación se propuso modificar esta dinámica actual que deja de lado el patrimonio cultural presente en la ciudad, con toda la historia vitivinícola que resguarda. Silvestro recalcó al respecto: “Si incorporamos ese patrimonio al enoturismo, al final el producto que se tiene supera en calidad. Y si a ese producto le encontramos una marca, esa marca resignificaría a Mendoza en el concierto de las naciones de los países de máxima producción vitivinícola”.

Cómo se planteó la investigación

La investigación conllevó el uso de una metodología mixta: cualitativa y cuantitativa, previendo herramientas concretas para dar con los objetivos y luego iniciar el camino de la reconstrucción de la marca.

Para el análisis de la dimensión turística se combinó el uso de datos primarios y datos secundarios. Los datos primarios fueron recogidos mediante dos tipos de encuesta, una dirigida a enoturistas y la otra a turistas en general. Se diseñaron dos tipos de instrumentos semi-estructurados. Las encuestas a turistas se realizaron de manera presencial y virtual.

En las encuestas se buscó indagar en las actitudes y motivaciones relacionadas con la propia visita y comportamiento de compra del turista. Se hicieron preguntas relacionadas al lugar de residencia, género, profesión u ocupación, educación, edad y el tipo de alojamiento. Respecto del viaje se indagó sobre la actividad principal a realizar en la provincia, cantidad de días en Mendoza, actividades a realizar en la bodega, entre otros aspectos.

Lo logrado en contexto de pandemia

Un condicionante fundamental que afectó el desarrollo de la investigación fue la pandemia del COVID- 19, que golpeó fuertemente a la actividad turística, entre ellas el enoturismo.  El equipo logró recaudar información a partir de algunas encuestas logradas antes del inicio de la pandemia, pero volverlas virtuales una vez establecida la cuarentena, notaron que poseía limitantes. “Las herramientas que nosotros proponíamos para dar con los objetivos del proyecto no se pudieron aplicar en su totalidad” declaró el Arquitecto.

A pesar de ello, los integrantes del equipo de investigación desarrollaron trabajos valiosos con los datos adquiridos: una tesis de maestría pudo finalizarse a partir de la información adquirida en las encuestas; una tesis doctoral comandada por Pablo Bianchi también está por terminar gracias al trabajo en el proyecto. Además están en curso investigaciones de máster: una encabezada por Marisol Bordón y una terminada por Leonardo Santori.

La proyección a futuro

El equipo de trabajo notó que precisaba más tiempo para llegar a la construcción de esa marca resignificante para la provincia. Ya presentaron un nuevo proyecto a la SIIP que recoge varios elementos del anterior. José María Silvestro se refirió al respecto: “Hemos planteado concretamente la relación entre el enoturismo y la construcción del patrimonio. Esta vez abarcaremos todo Mendoza y nos vamos a concentrar en el área metropolitana. Creo que esa investigación nos dará pie para poder finalmente dar con la construcción de esa marca”.