Entre los trabajos colaborativos que realiza la Facultad con la Secretaría de Ambiente y Ordenamiento Territorial se encuentra la tarea de monitoreo de la calidad del aire, actividad de vital importancia en zonas urbanas e industriales dado que en algunos sitios los contaminantes pueden superar los valores guía que recomiendan organismos internacionales como la OMS.
En esta oportunidad el servicio de monitoreo de la calidad de aire se llevó a cabo en Blanco Encalada, Luján de Cuyo. El trabajo operativo constó en realizar mediciones en tiempo real de los contaminantes criterio (Material Particulado PM10, Dióxido de Azufre, Monóxido de Carbono, Óxidos de Nitrógeno, Ozono e Hidrocarburos Volátiles Totales).
La casilla estuvo alrededor de veinte días en Blanco Encalada. Una vez adquiridos los datos y la información meteorológica, se dio lugar al procesamiento de los datos en gabinete. Esta tarea la ejecutan estudiantes graduados especializados que trabajan en la DETI bajo la supervisión de la Licenciada María Esther Barbeito como responsable del Laboratorio de Análisis Instrumental y la Ingeniera María Ruth Clausen, quien se desempeña como jefa del Laboratorio de Análisis Químico.
En vistas a lograr un desarrollo sustentable
El análisis de la calidad de aire es imprescindible para que los organismos correspondientes tomen medidas concretas, sobre todo si se tiene en cuenta el contexto actual marcado por la crisis climática y reclamos ambientalistas. Según la Lic. María Esther Barbeito: “los valores recomendados eventualmente se han visto superados. Hemos podido ver distintas situaciones, ante el zonda, por ejemplo, donde se eleva mucho el material particulado y esto trae consecuencias para la población”.
“Lo que hay que lograr es un desarrollo sustentable, donde también la parte económica y la social estén satisfechas. Para cuidar el recurso natural y la salud de la población se debe realizar una Gestión Integral del Recurso donde intervengan todos los sectores intentando llegar a un equilibrio” declaró la Ing. María Ruth Clausen.
María Esther Barbeito agregó: “Hay componentes que sí son manejables, como los compuestos aromáticos que emiten los vehículos. Los organismos estatales podrían exigir a los ciudadanos que los vehículos tengan convertidor catalítico, instrumento con el que se evita que se emitan al ambiente algunos componentes tóxicos, porque se queman en el carburador”.
Equipamiento de primer nivel
A fines de los años 90 la Dirección de Protección Ambiental (DPA) hizo una alta inversión y adquirió equipamiento de primer nivel para determinar los contaminantes de la calidad de aire. En el año 2005 debido a inconvenientes por el alto costo de mantenimiento operativo, de los estándares de calibración y de verificación de calibraciones, acordó con la Facultad de Ingeniería en cederle el uso del equipamiento. Desde entonces el Laboratorio de Análisis Instrumental se ha hecho cargo del uso y mantenimiento de los equipos.
A partir de los servicios a terceros que presta el laboratorio se pagan los costos que incluyen mantenimiento de los equipos e incluso el reemplazo de algunos que han quedado obsoletos o fuera de servicio. La Ing. María Ruth Clausen destacó la importancia de contar con tales instrumentos: “Equipamientos como estos solo hay en Buenos Aires, que si bien tiene cuatro estaciones, estas son fijas y no son móviles como la nuestra. Hay otra estación fija en Bariloche que todavía no está totalmente operativa”.
Ambas profesionales agradecieron la confianza de la Dirección de Protección Ambiental, sin la cual “no podríamos contribuir a la protección de la población mendocina”.