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Un recuerdo de nuestro amigo Luis Guisasola

La Sra. Vicedecana, Ing. Patricia Infante, recuerda y despide al Prof. Luis Guisasola.

19 de marzo de 2018, 09:10.

imagen Un recuerdo de nuestro amigo Luis Guisasola

Allá por el año 1988, cuando recién me incorporaba al equipo docente de la Asignatura de Hidráulica General, conocí un estudiante avanzado de la Carrera de Ingeniería Civil, muy entusiasta y entendido de las cuestiones digitales, era Luis Guisasola, estaba editando un video tomado por él mismo en una visita realizada por estudiantes y docentes de la Facultad al Laboratorio de la Hidráulica de la Universidad Nacional de Córdoba.

Y después de unos pocos años nos convertimos en compañeros de trabajo de la misma cátedra, trabajando juntos en la elaboración y dictado de los trabajos prácticos. Recuerdo nuestras discusiones para las clases, y también que cada vez que salíamos a visitas de campo con los estudiantes o hacíamos prácticas en el Laboratorio, se trepaba por todos lados para tener el mejor ángulo de foto, se “perdía” sacando fotos, con el único afán de poder mostrarlas en clase. Siempre atento a cada detalle que pudiera completar la formación de los futuros ingenieros. En la oficina 10 del primer piso del edificio de gobierno hay guardadas cientos de fotos en papel de las visitas y recorridos de campo, las que con el tiempo se transformaron de cientos de archivos de fotos y videos tomados.

Simultáneamente él formaba su familia con Marcela y completaba su alegría con la llegada de sus hijos, Rodrigo, Juan Francisco y Jorge Luis, a los que se dedicaba devotamente en su educación y formación humana.

No sólo enseñando trabajamos juntos, sino también en estudios y proyectos de la profesión y ayudando al Ing. Luis María Magistocchi en la Especialización y Maestría en Ingeniería Ambiental. Fue un excelente compañero de trabajo, un apasionado de la profesión, ponía el humor de la mañana, nos contagió la costumbre del mate a toda hora, muy comprometido con su tarea y, tanto sus aciertos, como sus errores, siempre respondían a las buenas intenciones con que encaraba todo.

Reunía muchas virtudes: ético, honesto, sincero, con principios morales, humanos y religiosos. Era un convencido que el éxito era alcanzar la felicidad como producto del esfuerzo. UNA PERSONA SÓLIDA EN ESTA MODERNIDAD LÍQUIDA.

Es una pérdida muy grande, tanto para sus compañeros de trabajo, como para los estudiantes, y sobre todo para su familia, a la que enviamos un abrazo muy fuerte. Pienso que Dios necesitaba que le organizaran algunas cosas allá arriba y para eso se lo llevó.  

Y tal como lo expresaron nuestros estudiantes en su Carta, y de parte de todos sus amigos de la Facultad, “SIEMPRE VAMOS A RECORDAR A NUESTRO QUERIDO PROFE”.

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